Soy un hijo cualquiera
Soy un adolescente cualquiera
Mi madre se ha muerto ayer a las 4:36 de la madrugada
Tenía treinta y cuatro años y un cáncer que se la comió por dentro
Nadie la llamaba por su nombre
Tenía un nombre antiguo
Yo no la vi morir
Mi madre me tuvo con diecisiete años
Soy el hijo de una violación
Hasta los siete años yo tenía un nombre y unos apellidos
Después de los siete años yo tenía el mismo nombre, con apellidos distintos
Cuando le preguntaba a mi madre ella me decía
Cuando tengas dieciocho años te contaré la historia de tus apellidos
Cuando le dijeron que se iba a morir decidió contarme la historia
Por si no llegaba a tiempo
También decidió dejarme una carta
Con todo lo que había aprendido del mundo
Y también porque no podía dormir pensando en la muerte
Sólo tenemos lo que sabemos
Y sabemos que nosotros somos los pobres, decía.
Mi madre era una defensora de la verdad hasta sus últimas consecuencias
Que se pasó la vida mintiendo a todo el mundo
Mi madre era extranjera
Ésa es la palabra bonita que utilizaba ella
El resto del mundo la llamaba inmigrante
Ella tenía dieciséis años, casi diecisiete, y mi padre veintidós
Creo que a él le pareció bonita o exótica
La única conversación que tuvieron
Te perdono lo que me has hecho
Nunca conocí a mi padre
Él me reconoció cuando tenía siete años
Todo fue un accidente
Pienso que mi padre era un desgraciado
A pesar de tenerlo todo
O precisamente por eso
Pienso que mi madre era una mujer dura
Y que para mantenerse dura necesitaba contarse las cosas así
Nunca se volvieron a ver
…
Hijo mío
Sabemos que somos pobres
Sabemos que si un rico se obsesiona con nosotros hará lo que quiera impunemente
Nuestra única solución es pasar desapercibidos
Vivir escondidos dentro de la tierra
Siempre hay un momento en el que los ricos miran la cara de los pobres
Siempre hay un momento en que el pobre es más hermoso que el rico
Un momento brutal en que el rico no sabe para qué sirve la riqueza
Puedo tenerte, puedo tener lo que quiera
Los pobres saben cómo los ricos destruyen un proyecto de vida
Los pobres viven en sus casas de la pobreza y de los arrabales
Pintadas siempre de verde o azul desgastado, dijo Williams
Casas que nunca van al teatro, dijo Herbert
Los pobres se desgastan porque cuando los ricos los miran a la cara
Los pobres heredan la ropa
Los pobres no comprenden cómo después de tantos años la lucha de clases no significa nada
Los pobres cambian de estado de ánimo rápidamente
Porque no entienden por qué les ha tocado a ellos
Los pobres son hijos del fracaso de la historia
Sus gestos son tímidos, vergonzosos, si salen de la pobreza sienten que están robando
Los pobres saben que no hay mayor sociedad de castas que la europea
Los pobres tienen vergüenza de no haber dado la vuelta a la situación
De no haber pedido cuentas a nadie
De trabajar y trabajar y trabajar
Siempre hay un momento en que el pobre tiene algo que el rico desea
Una belleza inesperada
Los pobres creen en la sangre
Pero son distintos un hombre y una mujer pobre
Un hombre pobre siempre puede huir
Si no es destruido siempre puede huir o volverse un héroe o ir al mar
Pero una mujer pobre está atada a su pobreza el resto de su vida
Porque aunque algunos crean que se pueden cambiar las cosas
Ya no se puede
No hago un discurso entregado ni desesperanzado
Quiero decir que no se puede cambiar nada dialogando
Porque los ricos no miran ni un poco a los pobres
El rico ha sido educado para no ver la cara del pobre
El rico ha sido concebido para mantener la raza
Ningún hombre cuerdo renuncia a sus privilegios en un mundo en guerra
Porque la guerra está presente en nuestras vidas
Sabemos que somos los primeros en ser víctimas de nuestras frases
Víctimas de nuestro comportamiento
De nuestro cansancio
De nuestra debilidad
Sabemos que somos sistemáticamente violados por el poder
Violados en lo abstracto y en lo concreto
Los pobres son animales y los ricos desean esa animalidad
Los ricos son animales y los pobres desean esa libertad
Sabemos que los pobres hemos sido educados así
Sabemos que nos han cortado un trozo de la mano o del pie
Sabemos que se nos puede identificar
No hemos avanzado nada
Sólo hemos retrocedido
Hemos cedido y seguimos cediendo
Tú eres mi público, mi hijo
Heredarás mi ropa y mi ignorancia
Heredarás mi falta de memoria, mi desilusión, mi desgaste
Serás pequeño y mal alimentado
Los cuerpos de los pobres son más tristes
Llevan las marcas en la piel
Un día alguien te dirá que no eres pobre
Te dirán que hay otros que tienen menos que tú
Y será verdad
Pero sólo te lo dirán para ganarte
¿Piensas que alguien puede vivir con menos de lo que tú vives?
Un día alguien te dirá que no eres pobre que eres humilde
Que no todo el mundo quiere más
Que algunos están cómodos abajo
Con su ropa tendida en la calle
Y un día te dirán que tienes que compartir lo poco que tienes
Y tú dirás que tienes tan poco tan poco
Que ya no se puede dividir más
Sabemos que cuando eres pobre la humillación es el pan de cada día
Pide que te humillen realmente porque sólo así tocarás el límite
Si el mundo me va a hacer pagar que deje marcas
Para que no pueda olvidarlo
Así dicen los pobres
Siempre hay un momento en que el pobre mira a la cara al rico
Y utiliza sus palabras y el rico tiembla
Sabemos que nuestra casa estará siempre expuesta
Al frío, a la lluvia, al viento
Sabemos que nadie va a pensar si necesitamos algo
Sabemos que nos dan por perdidos
Sabemos que la pobreza es un sabor y un olor antes que una categoría
Sabemos vivir con ese olor
Sabemos amar y trabajar y desenvolvernos y reproducirnos ahí
Conocemos algunos que salieron y siempre vuelven
La pobreza huele mal
Hasta que un día huele bien
Sabemos que una persona se puede acostumbrar a todo
Que se adapta a todo
Se adapta a vivir como un perro o una rata
Sabemos que somos excepcionales dentro de la regla
Sabemos que hemos sido vendidos
Que somos esclavos
Que en una vida de trabajo no reuniremos el dinero para comprar la libertad
Sabemos que las historias de pobres son tan increíbles
Que los ricos no pueden creerlas
Sabemos que la pobreza es siempre rocambolesca, imposible de creer
Sabemos que decir la pobreza es un reconocimiento oficial
Nuestra ropa rota es oficial
Nuestros zapatos rotos son oficiales
Quieren hacerlo todo oficial, todo registrado
Este es el traje de la lucha de clases
La lucha de clases es una lucha de imágenes
La lucha de clases es una guerra silenciosa que te espera
Hijo mío
La lucha es siempre una guerra
La guerra es siempre con uno mismo
La guerra de clases necesita ser puesta en escena
Por alguien que no sienta ira
Por alguien que no se lamente
Por alguien que tenga sangre de ganador
Sabemos que hay que ocultar lo que sabemos
Sabemos que no hay nada que perder
Sabemos ser elegantes con esa nada
Mi sangre sabe mejor que la tuya
Por eso me hiero a mí misma
Porque ya tienes bastante
Sabemos que sólo nos queda descomponernos
Negar el discurso de la pobreza y de la lucha de clases
Sólo nos queda tirarnos al suelo y esperar la muerte por hambre
Yo no represento nada yo no soy más que una mujer deshonrada
Yo no soy más que la representación de una ley caducada
Sabemos que sólo un mundo sin madres ni padres
Nos permitiría rehacer nuestra identidad desde cero
Yo soy la mujer vieja de treinta y cuatro años que te suplica ir ya al asilo
No tienes que cuidar de mí
No tienes que ver cómo las palabras de amor envejecen en mis labios
No tienes que aguantar que no conozca mi límite
Sabemos que podemos aspirar a ser los mejores pobres del mundo
Podemos aspirar a ese título, a ser inofensivos
Sabemos que podemos hacer pequeños viajes de un día
Que si el coche se rompe volveremos andando
Sabemos que lo mejor es no movernos del lugar
Sabemos que regodeándonos en nuestra pobreza
Creeremos que eso es la vida auténtica
Y le llamaremos a la pobreza, sencillez, humildad, vida despojada
Yo prometo no decir jamás que te saqué sola adelante
Yo prometo no caer en el tópico de las madres
Sabemos que los ricos quieren vernos en nuestro papel abnegado
Sabemos que quieren sentirnos cómodos en nuestras luchas internas
Pero nosotros no tenemos luchas internas
Sólo un padre, una madre, un hijo inesperado
Pero siempre con las armas en la mano
Insultándonos entre nosotros mientras el enemigo no baja a la tierra
Sabemos que ellos están en sus torres de cristal
Que ellos compran pisos altos para vernos desde allí
Para estudiarnos como se estudia a los animales
Sabemos que la pobreza nos arde dentro
Que la clase social nos arde dentro
Que la idea del suicidio nos acompaña hasta el fin
Sabemos que las personas cambian de trabajo
Sabemos que las personas emigran una noche sin decírselo a nadie
Sabemos que nosotros somos esas personas
Buscamos un futuro
Tú sabes que veo en ti la cara de tu padre
Tú sabes que siempre me he estado despidiendo
Tú sabes para qué sirve una madre pobre
Sabes por qué me muero
Sabes que no puedo ser vengada
Sabes que los pobres no son fieles
Que son infieles, que no cuentan, que se buscan la vida
Que se asumen en el infierno
Sabemos que las historias envejecen
Sabemos que las historias pasan de moda igual que la ropa
Sabemos que las historias acaban en un cubo de basura
Sabemos que alguien rebusca en ese cubo
Y un día el olor es tan malo que allí muere
Sin ser reclamado silenciosamente
Sabemos que en este exceso insostenible
Los que buscan en la basura conservan su dignidad
Sabemos que olemos mal
Somos conscientes de nuestro olor
Sabemos que este olor ya no se quita
Sabemos que las personas luchan con su vergüenza
Que siempre es posible caer más bajo
Sabemos que la mayor parte de las personas son una vergüenza
Que nadie se da por aludido
Que somos un proyecto que alguien dejó abandonado
Sabemos que hay que vivir al día
Que viviendo al día uno mejora su presencia
Que mejorando su presencia uno deja de ser pobre
Que la infidelidad a nuestra clase social es el gran tema de nuestro tiempo
Que esa infidelidad no se repara
Sabemos que tenemos derecho a vivir en la basura
Que las madres han de morir jóvenes
Que los pobres se miran a la cara con miedo de no descubrir esperanza
Sabemos que nuestro cuerpo huele mal
Sabemos que nuestra historia huele mal
Sabemos que esto te toca a ti
Sabemos que ahora es tu turno
Leer la obra original de Miguel de Cervantes:
La fuerza de la sangre